Palabras de una colombiana anónima en la estación del tren de Tigre, en la provincia de Buenos Aires.
Viajar se convirtió en una de esas cosas que todos queremos hacer, así no sepamos por qué. Desde el apestoso mochilero europeo hasta el turista Hilton, pasando por el saltimbanqui que financia su excursión en las plazas de los pueblos o el que sólo necesita unas vacaciones con todo incluido o el que dice “conozco todos estos países” cuando apenas colecciona sellitos en el pasaporte. En mi caso, viajo para cambiar el panorama, no para pretender conocer el mundo, pues sólo me atrevo a decir que conozco Bogotá, la ciudad en la que he vivido más de 20 años. Por lo demás, tendré pasaporte mexicano y habré ido a un par de países más, pero de aquí a afirmar que los conozco, no. Entonces, sólo viaje a Argentina, no la conocí ni soy una autoridad en el tema.
Tampoco voy a salir a decir que Buenos Aires y lo que caminé de Argentina (apenas Bariloche e Iguazú) son una pecueca, eso se lo dejo al Juglar del Zaque, una de las pocas personas que conozco que son aún más amargadas que yo. Estoy de acuerdo con él en cuanto a que Buenos Aires no es gran cosa y que los colombianos están sobreestimando todo lo que tiene que ver con este país hace años (desde el rock de Sosa Stereo hasta la aplaudida publicidad argentina que, viéndola en vivo y en directo, tiene más faltas ortográficas que cuaderno de cuarto de primaria y para nada es tan “creativa” como la quieren ver las agencias colombianas). La ciudad no es más que otra capital latinoamericana con muchos pobres y unos cuantos monumentos de ese pasado glorioso que hace décadas se quedó en los libros de historia y que los hace sentir tan orgullosos de sus apellidos europeos. Claro, al lado de Colombia incluso Perú parece moderna: en Lima hay metro y las autopistas son verdaderas autopistas, pero decir que Buenos Aires es la París de Suramérica… jua. Se le aplaude que tiene más mercado cultural y esas cosas tan interesantes para los que se creen intelectuales, pero ya. Si hasta tienen un barrio que se llama Palermo Hollywood, al lado de Palermo Soho, no creo que estén muy orgullosos de ser argentinos.
En últimas, me daba igual ir a Chimbote, Culiacán o Chupaca que a Buenos Aires, terminé allá porque un viejo amigo estaba viviendo en Palermo y me invitó a su casa. Como Argentina se nos volvió el Disney World tercermundista, tengo que expresar mi repudio a quienes dicen “ay, qué envidia ir allá” o “qué rico, pero qué deli”. Y… bueno, ¿viste?, Argentina definitivamente es como Disney World pero más precario, ¿viste?, cualquier colombianucho que tenga un mishón de pesos puede pagar algún plan para que le muestren la arquitectura blancuzca y recargada, las grandes avenidas y la fascinante gastronomía, ¿viste? O sea, Buenos Aires es como Euro Disney, para ser exactos. Nadie puede rechazar la incomparable oportunidad de tomarse una foto en el obelisco o pagar para que le enseñen a bailar tango y a comer carne, porque hay que admitir que en Bogotá no hay dónde ver edificios, monumentos, museos, comida internacional, bailaderos (no sólo de tango), ni nada interesante, salvo el perico y las putas, que es lo único que produce ese moridero que llamamos Colombia.
Al envidiable poder de tomarse fotos junto a algún papasito argentino que esté pasando por ahí, se suma ese aire de bohemia y alta cultura que emana Buenos Aires y que no es mayor que el de México DF, que no está tan lejos del de Bogotá y que, ni en sueños, se parece al de Nueva York. Desde cursos de culinaria hasta complejos MBA’s, esta ciudad es la mejor plaza académica de América Latina (pregúntele al Juglar si no), empezando con la codiciada UBA (que, con dificultad, clasificó entre las 500 mejores universidades del mundo) hasta llegar a cualquier garaje del corte Instituto Triángulo, nombrar a Argentina en la hoja de vida puede ser la puerta a mejores plazas laborales. Si yo hasta pensé en hacer un curso de Español para Extranjeros para mejorar mi lenguaje, pero no me alcanzó la plata. Estoy mal, hermano.
A continuación presento mi mezquina conclusión sobre el suramérican drim, ¿viste?
Los remotos sitios de interés paisajístico y fotográfico
Fui a Bariloche después de pasar dos días enteros en un bus, uno yendo y el otro viniendo. Bonito lugar, paqué, si hasta quiero regresar en invierno, no a esquiar porque soy muy torpe, pero sí a visitar algunos sitios que son más vistosos en esa estación. Vi un glaciar negro y un montón de lagos, hice kayak inconsciente de mi deplorable estado físico y, como ya es costumbre, caminé hasta que me salieron ampollas. El clima en verano es bastante bueno aunque está lleno de tábanos.
Lo vanguardista: Argentina engendró al papá de Hitler, un militar que llegó a presidente y en 1880 se fue a la Patagonia a matar sistemáticamente a todos los indígenas mapuches para quedarse con sus tierras y, en la actualidad, darle sustento a sus tataranietos y ser la cara en los billetes de $100. Por eso, en esta región de los lagos, hay colegios alemanes, arquitectura suiza y todos son rubios y civilizados, salvo más de la mitad de la población que vive en casas de lata y que lava los baños en los hoteles de la región. Los indígenas que sobrevivieron están completamente aislados en las montañas y no saben si los tratan peor en Chile o en Argentina.
Lo malo: muy caro todo en Argentina y ver algo fuera de Buenos Aires toma más de 1000 kilómetros. Entonces, o se paga por un avión que oscila entre los 100 y los 300 dólares (dependiendo de la distancia) o se soporta el día entero en la flota. La comida no es tan buena: un perro caliente, alias Pancho, o un sánguche (así, con “g” porque los argentinos sí que saben de orto-grafía) cuesta alrededor de 4 dólares en algún peladero callejero; probar la elegante culinaria local puede superar los 10 dólares. Estando en la Patagonia los sitios de interés están muy distanciados, entonces se deben pagar recorridos o alquilar carro y, aún durmiendo en el stinky-european-backpacker-hostel, la vuelta suma al menos 60 dólares diarios. Bueno, es eso o caminar para que salga gratis.
También fui a Iguazú, un sitio impresionante por sus cataratas y la amabilidad de la gente (a pesar de ese halo de peligrosidad que le brinda la triple frontera). No voy a hablar de finanzas y esas cosas porque fui con todos los gastos pagos y la pasé como millonario. Si van, les recomiendo ir acompañados por alguien que no necesite visa a Brasil o que la tenga vigente, yo me tuve que quedar en el lado argentino porque mis compañeros eran gringos y no pensaban pagar 100 dólares para cruzar un puente. En su lugar, pagamos 30 para ver las cataratas desde el lado brasilero, pero en un barquito que, además, lo mete a uno bajo el agua. También, si van, recomiendo que conozcan otras cosas de Misiones para que valga la pena ir tan lejos: hay selva post-amazónica, ruinas del pasado jesuita y más cascadas. Si les gusta la aventura urbana, vayan a la macabra Ciudad del Este, en Paraguay, una especie de Tijuana suramericana.
Sólo para el sello de renovación en el pasaporte de mis amigos gringos, estuve en Colonia, Uruguay, un pueblito de crepúsculos arrebolados que se recorre en media hora y que no es ni la mitad de Mompox. Pero como todo lo que sea fuera de Colombia es tan interesante, vayan, la cruzada del río en ferry es entretenida y viendo el pulcro color del agua, empieza uno a entender por qué Buenos Aires huele tan feo y tiene tantos zancudos.
Lo más divertido
El trago es barato, amigo alcohólico, un litro de cerveza vale un dólar en una tienda de barrio y no más de tres dólares en los bares o restaurantes. A los fanáticos del vino, les fascinarán los precios y la variedad. A quienes odian la Navidad, les sorprenderá encontrar tan poca decoración en diciembre y, como yo, se sentirán tan cómodos como en cualquier época del año, sin ese feo barroquismo del alumbrado de Medellín o la Ruta de la Lobería de Bogotá. También, como hay muchos turistas, en cualquier pueblo hay información turística, mapas completos y guías para hacer recorridos y ver más que lo que anota la Lonely Planet. Igualmente, hay transporte para cualquier lado (dentro y fuera de Argentina) a precios razonables y, si van en carro, hay pocos peajes (salvo en la provincia de Buenos Aires). Los coleccionistas pueden llevar dinero extra para traerse unos cuantos libros que, difícilmente, conseguirán en Colombia y, mucho menos, a 6 dólares (nuevos, a menos de la mitad si son usados). Aunque la oferta de discos y DVD no es tan amplia como en México, vale la pena esculcar los estantes para traerse unos cuantos tesoros.
Lo más mañé
La gente no es tan bonita como queremos creer, también hay indígenas y descendientes de ellos en Argentina. Aún así, hombres y mujeres se creen muy sensuales y miran como un pedazo de mierda a todo el mundo. No han descubierto que la mierda la dejaron sus mascotas en las aceras y, por lo tanto, se les olvidó recogerla. Buenos Aires es agobiante, la gente usa la she hasta en inglés (e.g. “Güelcom tu Arshentina” o “Pásenshers of de flaigt…”), dicen “¿viste?” cada tres palabras, el metro es inmundo (peor aún que en el DF aunque menos lleno) y toda la ciudad huele a popó. Creo que es el destino más sobreestimado de la década en Colombia, no digo que no valga la pena, pero se ven muchísimas más cosas en México, mientras que en Bogotá se vive más tranquilamente, no por la inseguridad como por sus habitantes, que no se creen europeos y son más amables. Pero lo más mañé es La Boca, barrio hediondo y decadente, al que le pintaron un par de cuadras y por eso es destino de postales. Eso sí, si quieren aprender a bailar tango, no olviden que en Bogotá ahora quieren ser argentinos y cobran menos y los barrios del centro son mucho más seguros que La Boca, ¿viste?
4 comentarios:
Fui turista en Buenos Aires y Después viví en esa Ciudad 2 años y medio, como te dije antes... no la puedo subestimar pero tampoco sobreestimar. Viví tanto buenas como malas experiencias siendo así q llegué a odiar el acento del porteño ¿viste?.... Pero si tantas personas están allá quizá se debe a la cantidad de demanda académica q ofrece esa ciudad q hasta puedes estudiar desde historia del rock hasta como hacer helados artesaneles y puede sonar tonto y todo, pero yo al menos me arrepiento de no haber aprovechado tanta vaina barata q había cuando llegué y q ahora no puedo disfrutar porq lamentablemente la ciudad se volvió cara, me estaba enloqueciendo por lo estresante q es vivir allá ya no como estudiante sino como residente y bueno... el resto ya lo sabes.... Pero ojo, no en todos lados es q sea bueno, bonito y barato en cuanto a educación, hay q saber mirar. No todo lo q es barato es bueno tampoco.
Y pues la ciudad como tal tiene cosas en su arquitectura que me gustan mucho y me embrujan como el pasaje de la 9 de julio por donde está el Teatro Colón o el Edificio de Aguas ARgentinas o Las iglesias q hay cerca a REcoleta tipo gótico, mas no
considero q sea la Paris latinoamericana porq está lejos de serlo pese a los reconocimientos y premios q ha ganado desde el año antepasado en arquitectura.
Tiene contrastes muy bruscos tanto q aveces pasaba por algunas calles en q veias una construcción tipo europeo y al lado veias un edificio que te recordaba a Barranquilla o Santa Marta y por ahi de paso un almacen, Kiosko o tienducha con el letrero pintado a mano.
Está Pto. Madero con hoteles tan lujosos, el puente de la mujer que me encanta, los parques, etc pero que a unos cuantos metros está la estación de Retiro,a la q hay que ir con los ojos bien puestos hasta en el culo porq te pueden atracar así como atracan acá.
En fin, hay de todo y gente de toda clase, gente prepotente, y gente muyyyyyyy bacana como los de provincia, y si me parece un Pais relindo con unos paisajes que lo hacen sentir a uno en el cielo, o al menos eso me han dicho muchas personas que han ido bien al sur pues yo no pude.....me falta conocer mucho al igual que lo muchoooo q me falta por conocer de Colombia que espero poder hacerlo.
Una cosa si y es q Allá jamás encontraré los juguitos ricos que hay acá,Care si y muy deli, auqnue me dicen q es mejor la Boliviana, habrá q ir a Bolivia a ver si es cierto..... Pero la comida de acá es muy rica y allá era pura pizza, pasta, milanesa y como dices tú SAngucheeeeeeeeeeee!!!! cosas buenas y cosas malas, pero eso si la pasé muy bueno, no me quejo.
No te aburro más Chili de mi Alma que aunque ya no me quieres porq te
volviste escritor y yo sigo siendo la misma , yo si te Quiero. chauuuuuuuuuuuuuuuuu
La mujer que amo recibió el 2008 en Argentina. Obviamente llegó con síntomas del tristemente célebre "mal de vereda": "80 de cada 100 tipos están buenos... no, buenísimos", "Tú no ves mendigos en la calle", "(a los tipos) les fascina el acento de nosotras (las colombianas)"...
Cada día odio más a esa ciudad, con todo y que uso Firefox traducción "argentina" y me gustan Bajofondo, Libedinsky y Gotan Project. Pero eso sí, odiaré para siempre a la selección argentina y siempre le haré fuerza al contrario en los mundiales.
Un abrazo.
Cómo que no hay mendigos? Claro que los hay, o es que la novia de tu amigo sólo fue a Puerto Madero, Palermo, Recoleta ? Si hasta por la 9 de Julio se ven, Por el Barrio Once, por Plaza Miserere.
Y si, los tipos buenos, muy buenos si están pero de cerebro no tanto.
Te invitamos al encuentro de Bloggers el próximo 21 de Junio a las 2 pm en el Museo de Arte Contemporáneo ubicado en el Minuto de Dios Cra. 74 No. 82 a 81.
El encuentro contará con Internet inalámbrico para aquellos que deseen llevar sus portátiles o celulares y realizar sus post desde el encuentro.
Habrá también dos estaciones donde pueden postear o navegar por los blogs de sus amigos o recomendados.
Por grupos temáticos podrán reunirse y compartir sus experiencias, hacer amigos o aprender trucos y técnicas para mejorar sus blogs.
También habrá charlas relacionadas con la blogosfera.
El ambiente del encuentro será de apertura y amistad, no tiene costo de admisión, ni inscripción; adicionalmente los asistentes podrán disfrutar de las propuestas artísticas del 3er Festival de las Artes Contemporáneas Electrónicas FACE.
Tienes un blog?, conoces a alguien que lo tenga? ven el próximo 21 de Junio al encuentro de Bloggers.
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