domingo, 10 de junio de 2007

Oda a la intolerancia

Lo que más deploro de los blogs es la opinión gratuita de algunos lectores. Si pretenden que uno les diga lo que quieren leer, pueden escribirlo ellos mismos, esto de blogger y wordpress y un montón de sitios más, es gratis, por si no lo sabían. Ahora, en equinoxio me encargaron hacer una columna en la que hablara de temas culturales, pero como yo no soy un fan de la ópera, la poesía, los gatos y el tango, en mi espacio hablo de rock, libros, personas y experiencias relacionadas con los ámbitos de la cultura en los que estoy involucrado. Pero parece que los lectores no entienden que la palabra “columna”, en este caso y a pesar del juego de palabras que yo mismo le apliqué al bautizarla “Escoliosis”, no se refiere al conjunto de vértebras que nos permiten mantener la espalda vertical.

En la última oportunidad escribí largamente sobre los Red Hot Chili Peppers, contando cómo los conocí y cómo he percibido la evolución de su sonido, en ningún momento dije que me parezcan malos, sólo que ya no me entusiasman. ¿Acaso tengo que decir que daría mi vida por ellos? Expongo mis argumentos, mis motivaciones, explico que empecé a escucharlos cuando tenía 11 años y ahora, a mis 26, conozco tantas otras bandas que me cuesta idolatrar a una sola. Pero no, para los intransigentes fanáticos de los RHCP que pusieron comentarios en mi nota, nadie puede decir nada malo sobre la banda, ni compararla con otras (así sea para decir que son mejores que esas otras), ni nada que ellos no quieran que yo diga. Aclaro que hubo unos comentarios muy acertados y admito que me descaché cuando nombré una canción que no era la que quería citar, pero por lo demás recibí ataques porque me limité a cumplir con mi deber como columnista: opinar.

Además, en la actualidad, entre algunos amigos estoy tomando un cierto halo de fascista y amargado porque me aburro con Manu Chao (amo a Mano Negra, pero el líder en solitario es demasiado predecible: parece que hiciera una sola canción por horas y tiene un tono trasnochado de Bob Marley mezclado con Piero que me parece insoportable), porque Harry Potter me parece malísimo (no he leído los libros porque no me interesa la magia o esas cosas esotéricas, pero las películas son chambonas, mal actuadas, llenas de secuencias gratuitas y todo se soluciona con la varita mágica), porque no apoyo las marchas universitarias (aborrezco a Álvaro Uribe y sus políticas, pero no creo que con carteles y arengas –hago énfasis en que el movimiento universitario NO es el que tira papas explosivas como dicen los noticieros uribestias– se vaya a solucionar nada, creo que deberíamos actuar más y quejarnos menos y, si el sátrapa nos clava el Plan de Desarrollo, tenemos que ponernos en la labor de sacar a la Universidad adelante, sin pedir limosna, y sin darles gusto a él y a los uniandinos que propusieron la ley) y porque no me gusta bailar (carezco de toda motricidad, entonces prefiero sentarme a beber y a hablar sobre cualquier idiotez que hacer el ridículo, pisar a mi compañera de baile y sudar como lechona tolimense esforzándome por mover rítmicamente mis pies, mi cadera y mis brazos al tiempo).

Así que decidí salir del clóset (todavía no del baúl rosado): soy intolerante. Si algo no me gusta, lo expreso y no me quedo callado, justamente por eso me dedico a escribir. No seré beligerante o activista, pero en mi cotidianidad quiero disfrutar lo que me gusta y no forzarme a cuadrar entre la gente y caerle bien diciendo que me encanta Shakira cuando en realidad la odio casi tanto como a Uribe. Entonces, ¡qué viva la intolerancia!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

definitivamente sumerce, todos sin importar tenemos un determinado grado de intolerancia y creo que tu y yo compartimos una intolerancia exorbitante. Perdoneme por no visitarlo antes pero aqui estoy. Cuidese mucho.

Carlos Correa dijo...

un mundo con más intolerantes, es un mundo de menos mediocres..

un saludo, volvere...

Anónimo dijo...

Apoyo la moción!!! sera por eso que nos entendemos cuando nos sentamos a cervecear? pero sobre todo recibir con agrado el título de "pasados","amargados",insensibles","criticones" que bueno no estar de moda!

maggie mae dijo...

llegué como tarde, pero te apoyo:
mi hijastra apenas me conoció me dijo amargarita. No hay nada malo en ser amargado con buen sentido del humor.
y si, manu chao es insoportable: variaciones sobre un mismo tema.